Nº01.-Vives en mis recuerdos
Hoy al visitar mi pueblo
entré a la vieja casa querida
donde el silencio es el rey,
donde se paró el bullicio,
era el duende de la alegría,
el tiempo imperaba en ella.
Y con mis hermanos compartimos,
hoy llegue a ella ausente de ruidos,
ausente de alegrías, llantos y risas,
con el sol entrando por la ventana.
Que daba brillo a la habitación
donde mi abuela estaba sentada
mirando en su jardín descuidado...
Hoy me parece estar viéndola,
veo como giraba su cabeza al verme
al entrar con mis hijos
y una sonrisa florecía en su cara.
Ella nos cantaba y contaba cuentos
en las largas noches de los inviernos
a veces crueles, tristes y de miedo.
Hoy me acerco a esa casa con lentitud,
bebiendo las lágrimas de estos momentos
donde ella ya no sabe quién soy,
pero yo si sé quien es ella.
Con sus arrugas
que le adornan por sus años
y su cuerpo gastado,
hoy me reclino sobre su cuerpo débil
como cuando era niño
donde ella me consolaba.
Y me daba la fuerza necesaria para la vida,
para afrontar la entrada de mis lágrimas
con sus desgarros de esperanza.
Hoy me miró con sus ojos esmeraldas,
ya placida y tranquila,
ella acarició mis cabellos blancos
y me sonrió con la paz en su cara.
Y mis hijos quedaron asombrados
ante esa escena tan emocionante,
hoy la dejé en su mecedora
mirando a sus flores marchitas.
Donde me despedí de ella,
de todo lo bueno que tuvo en su vida plena,
percibiendo que su viaje se acercaba
a esas estrellas del cielo cercanas...
Hoy tengo la esencia de mi abuela,
de su existencia y la maravilla plena,
de saber que mi abuelo la espera
para decirle que también la ama.
En ese lugar del cielo para ellos
donde hoy descansan
de aquellas luchas ya ganadas...